Todos estos rasgos constituyen argumentos suficientes para considerar la medida de expropiación de Agroisleña como un paso importantísimo en la transformación de nuestro sistema agroalimentario hacía un modelo más sano, más limpio y más justo. Para ello se hace urgente asumir una serie de compromisos éticos direccionadores de las políticas de estado y del accionar del movimiento popular que nos permita avanzar en la consolidación del modelo agroecológico, los cuales creemos que debería asumir la corresponsabilidad en la consolidación del nuevo modelo a través de la transición del sistema actual desde: Instituciones del estado, que deben principios agroecológicos, entes financieros, técnicos y sistemas de investigación -los cuales a pesar de los avances aún subestiman la propuesta agroecológica y su potencial para la construcción del socialismo agrario- y contribuir a la construcción de éstos respetando la soberanía popular y la participación protagónica del pueblo. Por otro lado, l@s consumidor@s, quienes deben solidarizarse con nuestr@s agricultor@s, asumir su papel de corresponsables en la cadena agroalimentaria más allá de la compra y consumo de los alimentos sin ningún sentido crítico, tomando conciencia del trabajo involucrado en cada tomate, cada lechuga, cada alimento que llega a su manos a través de estas cadenas perversas de producción-distribución–consumo, lo cual hace que la lucha campesina sea la misma en la ciudad, una que apunta hacia la soberanía y al derecho a la vida como hemos escrito aquí.
En el NUDES consideramos que el reto no es poca cosa y lo asumimos como tal, rodilla en tierra, totalmente comprometid@s con la construcción de nuestro SOCIALISMO BOLIVARIANO. NO HAY VUELTA ATRÁS, POR ESO DECIMOS COMANDANTE ¡ASÍ, ASÍ ES QUE SE GOBIERNA!
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